lunes, julio 31, 2006

Doma


Entre esta imagen y una parecida del 26 de junio ha habido un proceso de doma.
El doblado de las costillas es uno de los momentos intensos del proyecto. No parece que el roble, robusto por definición, se vaya a dejar doblar. De hecho, todos los manuales aconsejan preparar más material del necesario en previsión de posibles roturas. Creo que una parte del éxito está en no empecinarse en someter la madera sinó en convencerla, con la mezcla justa de suavidad y firmeza.
El objeto sigue teniendo, a mis ojos, un aspecto animal. Perdida la fiera altivez de la anterior imagen, ha ganado en serenidad, en tensión, en equilibrio... y sin romper nada!
Ojalá todos los procesos de civilización fueran tan incruentos.

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